La invernada como sistema de producción de carne

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 Ing. Agr. Raúl Gómez Miller

 La invernada es un sistema de producción que se basa en dos grandes pilares:

·        Eficiencia de producción

·        Habilidad comercial

 Si bien en todos los sistemas de producción de carne inciden estas dos variables, en la invernada es donde adquieren mayor relevancia. Eso se debe a que normalmente es un negocio de más corto plazo y por lo tanto la velocidad a que se producen los kilos de carne (eficiencia de producción) y la velocidad de rotación del capital (habilidad comercial) son las determinantes del negocio.

 EFICIENCIA DE PRODUCCIÓN

La eficiencia de producción está determinada por los kilos de carne producidos por hectárea.

Éstos a su vez están condicionados por la ganancia diaria individual y la dotación manejada.

Al ser dos factores que normalmente se contraponen (a mayor dotación menor ganancia individual) se debe buscar el equilibrio que permita buenos niveles de producción por há. con engordes rápidos (ganancias diarias elevadas).

Evidentemente en la invernada la base forrajera del sistema adquiere una importancia capital.

En el siguiente Cuadro se resume como la utilización de diferentes recursos forrajeros conduce a niveles de producción variables.

 Cuadro 1 – Potencial forrajero para producir carne

Recursos

Ganancia diaria (gramos)

Producción anual (kgs/há)

Campo natural regular *

250

100

Campo natural bueno **

350

150

Campo natural mejorado

600

200

Pradera (suplementación)

700

250

Verdeo (suplementación)

800

300

 * basalto o cristalino medio o superficial

** basalto y cristalino profundo, litoral oeste y sur

Adaptado de Ing.Guillermo Pigurina (Sistemas de recría e invernada en Uruguay)

 Esos niveles de ganancia de peso son a la vez variables a lo largo del año, de acuerdo a la disponibilidad de pastura y calidad de la misma, lo que supone que el productor tiene que adoptar estrategias para mantener niveles “económicos” de producción.

Esto supone la utilización estratégica de suplementos en ciertas épocas del año (concentrados, reservas forrajeras) para mantener un nivel adecuado de ganancia de peso, cuando la disponibilidad o calidad de pastura se reduce, lo que normalmente se da en el periodo otoño-invierno.

La mención del término “económico” supone que no necesariamente la máxima producción de carne por há. o la mejor ganancia individual coincide con el mejor resultado económico. De ahí que se deba ser muy cuidadoso a la hora de suplementar, procurando la mejor relación costo/beneficio.

Obviamente que el alimento más barato es la pastura y por ese motivo se debe procurar la máxima utilización de este recurso, a través de sistemas de pastoreo que tengan en cuenta este concepto; el uso del alambrado eléctrico constituye una herramienta básica que permite a través del pastoreo en franjas un correcto uso del forraje.

En las épocas en que la pastura es escasa (fundamentalmente en invierno) es común la utilización de suplementos en el pastoreo.

Para tener una referencia adecuada de su potencial y manejarlos como alternativa económica, en el siguiente Cuadro se detallan resultados obtenidos por la experiencia nacional.

Cuadro 2 – Ganancia de peso (gramos/día) con diferentes reservas

Fardos pradera buenos  800

Paja de trigo               300     

Silo de pradera             600

Silo de maíz                 300

En todos los casos los animales eran novillos de entre 200 y 300 kilos de peso, que consumían el 1% de su peso vivo de pasturas de buena calidad, por lo que la dieta se complementaba (recordar que el consumo potencial de los animales es 3% del peso vivo) con el suplemento.

 En otra experiencia se analizó el uso de silo de maíz como complemento de la dieta invernal de novillos.

En este caso eran novillos de 300 kilos de peso con acceso a una buena pradera de 2º año.

En los animales sólo a pastoreo se ofreció el 4% de su peso vivo en pastura, asegurando un consumo satisfactorio. Suponiendo que el periodo de pastoreo efectivo diario es de 8 horas, se restringió la pastura en los otros tratamientos a la mitad (4 horas) y a la cuarta parte (2 horas).

 Cuadro 3 – Uso del silo de maíz en invernada

 

Ganancia (gramos/día)

Carga total (animales/há.)

Consumo silo (Kgs.MS/día)

Consumo pasto

(Kgs.MS/día)

Consumo total

 (% peso vivo)

Sólo silo

255

---

         6

---

1.8

Silo + 2 horas pastura

795

24

4.5

  2.5

1.9

Silo + 4 horas pastura

843

12

3.5

  5.4

2.4

Sólo pastura

949

 6

---

11

2.9

 *  MS : materia seca

 En este experimento se visualiza la importancia del uso de reservas para lograr un uso más eficiente de la pastura, aumentando la dotación y manteniendo un buen comportamiento individual. El hecho de suministrar apenas 2 horas de pastura de calidad tiene un importante efecto en la ganancia diaria, con una eficiencia estimada de 4,6 kgs. de MS de pastura consumida por kg. de ganancia de peso.

Si quisiéramos manejar una Margen Bruto parcial del efecto de la suplementación con silo de acuerdo a los datos de esta experiencia, suponiendo que se mantiene una pradera reservada con 2.500 kgs. de MS disponible, se podrían estimar estos resultados:

 Sólo pastura:            6 animales * 11 kgs.MS/día  *  30 días =  1.980 kgs. MS

 Lo que supone que prácticamente consumirían 1 há. de pradera con una muy buena utilización (casi 80%)

El total de carne producido en esta situación sería:

 6 animales * 0.949 kgs/día * 30 días = 170 kgs./há

 En el caso de la suplementación la producción lograda sería:

Silo + 2 horas pastoreo        24 animales * 0.795  *  30 días =  572  kgs/ há.

 El consumo de silo de maíz en el periodo es:

24 animales * 4.5 kgs. MS silo/día * 30 días =  3.240 kgs. MS de silo

Suponiendo que hicieran una utilización del 75 % del silo suministrado la cantidad necesaria para mantener esos animales es de 4.320 kgs. MS de silo.

 El margen parcial de la suplementación será entonces:

Ingreso:        402 kgs. de carne adicional (572 – 170)  * U$S 0.80 =  U$S 322

Costo directo    4.320 kgs. MS silo de maíz * U$S 0.07 =  U$S 302

 Evidentemente esta es una práctica que, pese a tener una muy buena respuesta, debe considerarse dentro de ciertas limitantes. El valor de equilibrio sería la venta de carne a U$S 0.75 el kilo.

Este es un simple ejercicio para evaluar el potencial de la correcta administración de los recursos alimenticios en un sistema de producción, siempre que se cuente con dos ingredientes clave: pastura de calidad bien utilizada y reservas forrajeras a un costo razonable para complementar la dieta y dar estabilidad al sistema de producción.

 Como resumen genérico del manejo de la alimentación en un sistema de invernada, para lograr una producción eficiente tenemos:

 ·        Las máximas ganancias individuales se logran con altas disponibilidades de pastura (ofreciendo el doble del consumo potencial diario)

·        Altas ganancias en base a pasturas son posibles sólo en determinadas épocas del año, debido a la disminución de digestibilidad en pasturas maduras (verano), al desbalance energía/proteína en verdeos y praderas en otoño o a la escasa disponibilidad que pudiera darse en invierno.

·        La persistencia de las pasturas tiene una alta relación con el resultado económico de la invernada. Pasturas más durables – que se amortizan en mayor tiempo- mejoran el retorno económico al hacerse más favorable el cociente costo del pasto/producción de carne.

·        Existe una alta respuesta al uso de suplementos energéticos (grano de maíz o sorgo) en otoño, pues mejoran el balance de la dieta consiguiendo altas ganancias individuales.

·        Se ha evidenciado una respuesta productiva individual importante de acuerdo a la frecuencia de cambio en las parcelas de pastoreo (entre 1 y 14 días). Eso indica que el manejo del pastoreo resulta fundamental para una adecuada utilización del forraje.

·        La suplementación con fardos tiene una alta sustitución con la pastura. Los fardos son adecuados para ayudar a mantener carga en períodos de escasa producción de forraje (otoño-invierno). El fardo es además un buen balanceador de la dieta al usar forrajes tiernos.

·        El silo de maíz es un excelente suplemento energético, en tanto el silo de pradera puede ser un buen complemento proteico para pastoreos de verano.

 Estos son conceptos generales que hacen a una correcta dieta en sistemas de invernada (pilar fundamental para lograr buenos resultados productivos).

En todos los casos se deben hacer estimaciones de la relación costo/beneficio frente al uso de distintos suplementos: costo de los mismos frente a la ganancia de peso estimada, tal como hiciéramos referencia ante el uso de silo de maíz con las actuales relaciones de precios.

Eso supone que la invernada constituye un sistema productivo muy dinámico en el que se deben estar manejando permanentemente diferentes variables que componen la dieta (insumos: pastura, granos, reservas) analizando sus posibilidades de uso de acuerdo al precio final del producto carne.

 HABILIDAD COMERCIAL

Así como el armado de la dieta de los animales en engorde supone la capacidad de lograr la combinación más económica posible para producir un kilo de carne (costo en U$S del kilo producido), aspectos referidos a la habilidad comercial hacen al negocio.

En una época la invernada era un negocio netamente especulativo en el que el trabajo consistía en comprar barato y vender caro.

Entre los factores relevantes que cambiaron en la última década está la relación flaco/gordo. Esto supone la relación de precios entre el kilo del ternero o novillito comprado y el precio final de venta del novillo gordo.

Esta relación de precios históricamente hasta 1990 fue de 0,85 es decir que el kilo comprado valía el 85% del kilo que se vendía, lo que suponía una gran ventaja para los invernadores que compraban su materia prima barata, asegurándose un buen margen en el negocio.

Luego, por diferentes motivos, esas relaciones cambiaron y en los últimos años esa relación se situó en 1,2 es decir que el kilo flaco ha valido un 20% más caro que el kilo gordo, lo que afecta el valor final de nuestro kilo de carne, hasta que nuevamente en el último ejercicio la relación flaco/gordo tendió a estabilizarse en 1.

Así por ejemplo hasta el año pasado:

Se compraba un ternero de 150 kilos a U$S 0.70 =        U$S 105

Se vendía un novillo de 420 kilos a U$S 0.60 =        U$S 252

 Relación flaco/gordo = 1,17

  

Valor del kilo agregado:

 (Peso de venta x Precio de venta) – (Peso de compra x Precio de compra) 

                              Peso de venta – Peso de compra

 En nuestro ejemplo:

(420 x 0.60) – (150 x 0.70)   =  0.54

            420 - 150  

 La diferencia entre los U$S 0.60 que fue el precio al que se vendían los novillos y los U$S 0.54 se debe a la desvalorización de los kilos iniciales comprados a mayor valor unitario.

Así cuando la relación flaco/gordo es mayor a 1 el valor del kilo agregado es siempre menor al valor del kilo gordo.

Eso hace que intuitivamente el ganadero diga que “cuando la reposición está cara es conveniente vender los novillos más pesados y comprar terneros más livianos”.

El valor del kilo agregado es un indicador que permite evaluar el negocio, ya que es un buen estimador del resultado de la empresa frente a distintas relaciones de compra/venta, pudiendo determinar hasta cuanto se puede pagar la reposición.

El Producto bruto carne en tanto está determinado por 3 variables:

·        producción de carne /há.

·        velocidad de rotación

·        relación flaco/gordo

Las dos primeras dependen de la eficiencia productiva del sistema: kilos producidos en determinada área y ganancia diaria promedio de los animales, en tanto el tercer factor depende de los vaivenes del mercado y la habilidad comercial del productor.

Como grandes conclusiones tenemos:

·        las relaciones de precio se combaten en cierta medida con mayor producción física y regulando los pesos de la compra

·        la invernada con compra de terneros (animales livianos) es menos sensible a las variaciones de precios.

·        A iguales relaciones de precio flaco/gordo, las invernadas cortas logran mayor Producto bruto

 

La eficiencia de stock es otro indicador que define el interés que genera el capital hacienda. Mide los kilos que se venden sobre los kilos que “pisan el campo”. Es la tasa de rotación del capital indicando la velocidad a la que circula el ganado dentro del sistema.

Con los actuales costos de producción y con relaciones de precio desfavorables (relación flaco/gordo mayor a 1) eficiencias de stock menores a 35 % (por cada kilo que pisa el campo se producen 350 gramos) ya no son rentables.

 

Como estrategia comercial ha venido ganando espacio las asociaciones entre invernadores y criadores.

Ellas le permiten al invernador hacerse de un producto (ternero) conocido, sabiendo el origen y la sanidad del lote, lo que le asegura ganancias rápidas. Esta opción parece mejor aunque deba pagar algún centavo más por esos animales, frente a la compra de lotes de animales más chicos de origen desconocido y con una velocidad de engorde impredecible por su crianza previa, sanidad o genética.

Muchas veces la ganancia no está en el precio de compra sino en el tipo de animal (uniformidad, conformación) y su potencial de producción.

 De igual manera en el otro extremo del negocio, la negociación directa con frigoríficos, entregando una mercadería uniforme y consistente presenta la ventaja, además de la reducción en los costos de comisiones, del relacionamiento con la industria para saber más del tipo de animal que se está produciendo y la necesidad de implementar algún cambio.

Asegura además la posibilidad de generar “entradas” fluidas a planta en épocas de restricción, una vez generada una relación de confianza mutua.